Según la Iglesia de Roma los anglicanos perdimos la Sucesión Apostólica con el honorable arzobispo de Canterbury, Thomas Cranmer porque según ellos no fue consagrado obispo, pero se demostró que si se consagro e incluso se le pidió al papa de aquella época un permiso para nombrar y consagra a Cranmer, después se dijo lo mismo del honorable arzobispo de Canterbury, Parker, según ellos los obispos presente en su consagración no eran los más apropiados para su consagración pues algunos adoptaron las ideas luteranas pero el obispo oficiante que era italiano, y era reconocido por ellos como válido y otro irlandés que también era reconocido como válido, así pues si era válida su consagración y además los otros obispos si eran válidamente obispos pues estaban en contra de las atrocidades del papado.

Otro insulto hacia la sucesión es que el rito utilizado para la consagración no se especificaba en el Libro de Oración Común si iba a ser ordenado obispo, sacerdote o diacono cosa que es totalmente falsa pues en nuestro libro existe desde que el ilustrísimo Cranmer lo escribiera existen los distintos ritos para consagrar y ordenar obispos, sacerdotes y diáconos.

Luego se dijo que los instrumentos utilizados en cada ordenación no se utilizaban como la biblia en el caso de los diáconos el cáliz y patena en el caso de los sacerdote o la mitra, el bastón o el anillo en el caso de los obispo cosa que también fue mentira y además esos instrumentos no fueron utilizados siglos después por los romanos así que si así fuese ellos tampoco tendrían sucesión apostólica pues no utilizaron los instrumentos que supuestamente son necesario para la validez ¿no creen?

Todo ello se dijo en la bula papal de León XIII y fue contestada por los arzobispos anglicanos de York y Canterbury declarando más o menos lo que yo he dicho sobre la validez de nuestras órdenes sagradas.

Todos somos iglesia y ninguno es más que otro ni dueño de ella solo Cristo nuestro señor y salvador.